Las palabras surgen a raudales
como una lluvia infinita en un vaso de papel.
Nada cambiará mi mundo.
Llamándome y llamándome a través del universo
Nada cambiará mi mundo.
"Todos nacemos locos pero sólo unos pocos morimos orgullosos de serlo." Beckett
El Alcalde está juzgando a Bud y Bill por su graffiti en el mural. Comienza preguntándoles si aceptan los cargos que les acusan. Ellos aceptan. Sobre todo Bud, que se siente orgulloso por su trabajo. Sin embargo, Bill, que sigue siendo tan pusilánime como durante toda la película, pide perdón y dice que podría hacerlo con otros colores, siempre y cuando el alcalde esté de acuerdo. Bud salta, explicando que los cambios que han ocurrido en Pleasantville han sido favorables para los pueblerinos. Empezando con su padre, convenciéndole que le gusta más la Betty actual, que es más guapa que cuando la conoció. Porque no echa de menos únicamente su forma de cocinar, sino también a ella como mujer. Termina llorando, y se colorea.
Luego, Bud habla con el alcalde. Este está asustado con los nuevos cambios. Teme que todo el mundo de Pleasantville esté perdido. Finalmente, se libera de la perfección de Pleasantville y termina coloreado.
Todos ríen por el miedo del alcalde y salen a ver el pueblo ahora coloreado.

resultará estar llena de color, pero, por el contrario, tiene más sombras que otras localizaciones (será el lugar donde la psique de los personajes comenzará su andadura más compleja)
La lluvia también es un elemento importantísimo en la narración, ya que los habitantes de Pleasantville nunca habían visto lluvia y hace que la historia avance propiciando cambios.
Cuando George va a ver a David a la cárcel, este se encuentra iluminadísimo (él ya es libre y está orgulloso de quien es) mientras que George permanece en un continuo claroscuro (todavía no es libre y empieza a tener muchas dudas)
